Eco y Carriére apuntan muchas de las desventajas de las nuevas tecnologías, estas desventajas que hacen que libro en papel quede resguardado en el futuro. El libro siempre estará presente también incluso en otros formatos con la llegada de las nuevas tecnologías, algo que ya nadie duda.
En los últimos años hemos vivido más evoluciones tecnológicas referentes al archivo, almacenaje y difusión de la memoria que en toda la historia de la humanidad: los discos duros de los ordenadores, los pen drive, los cds, etc…
Cada uno de los avances siempre insiste en los mismo: almacenar más información en menor espacio, posibilitando la consulta más rápida y eficaz.
El mundo actual invadido por la tecnología hace que tengamos cientos de libros guardados únicamente en la memoria de una sola computadora, pero la literatura plasmada en libros nunca va cambiar, lo que si puede llegar a cambiar es el modo en como vayamos a adquirir esa literatura.
NANAS DE LA CEBOLLA
El tema principal de este poema fue el hambre que estaba viviendo su esposa, este fue escrito en la cárcel debido a que su esposa Josefina Manresa le envía una carta diciendo que solo tiene pan y cebolla para comer. Ante la desesperación de no poder hacer nada por ella, el poeta escribe "nanas de la cebolla", con la única esperanza que ella pueda sobrevivir.
Miguel Hernández condenado a muerte, Falleció en la enfermería de la prisión alicantina el 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad.
Actualmente la famila de este poeta quiere dignificar su nombre y memoria, pero en febrero de 2011 la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de que se aceptara la petición.
El que la familia de Miguel Hernández quiera defender la memoria de su antepasado es únicamente para limpiar su nombre y su memoria, no es justo que 69 años después de su muerte aun tenga la misma condena, solo porque consideran que la misma fue impuesta por motivos ideológicos o políticos.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca. Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
(...)
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre. |
